This year has been monumental in many ways. One of those was the moment I realized I had become an author.
An author!!!
My very first book “Whole: How One Book Can Transform Your Whole Life” came out this past summer and the premise is simple:
Would you read a book that could transform your WHOLE life?
That book is the Bible. I totally understand that not everyone thinks of God’s word the same way I do. I believe it’s real, inspired by God and completely life-changing. God’s word is ALIVE! It cuts like a double-edged sword. It’s a source of comfort, love, peace, direction and joy.
So yes, I believe it can change your WHOLE life!
And I wrote the book “Whole” as a simple (not theologically complicated) devotional that takes you through each of the 66 books contained in the Big Book, from Genesis to Revelation.
My hope and dream with this book is that more people would fall in love with God’s word, get to know each of the 66 books a little better (or for the very first time!), and that we’ll know at least one thing from each book.
If you want to find out more about the book, you can check it out here and by clicking on the banner below!
(Note: That is my Amazon Affiliate link, which means, at no extra cost to you, if you click and buy, I get a small commission. Thanks!)
And for my Spanish-speaking friends, I have great news! The Spanish book “Vida Integral” is in the works, and I’m excited to share an excerpt with you here today!
Feel free to share it with your friends who know “Español!” I hope it’s a blessing! ¡Espero que te sea de bendicion!
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Un vistazo a mi libro: Vida Integral por Coppelia Marie
Jueces
“Después[a] de la muerte de Josué, los hijos de Israel consultaron al Señor, diciendo: ¿Quién de nosotros subirá primero contra los cananeos para pelear contra ellos?” Jueces 1:1 (LBLA)
Una Simple Verdad: Sí puedes hacerle preguntas a Dios.
Una de esas veces en la vida cuando vamos a tener mas preguntas que respuestas es cuando perdemos a alguien muy importante para nosotros.
En el caso que vemos en este libro de la Biblia, Jueces, es la pérdida de un líder. Cuando eso ocurre, muchas veces sentimos una gran incertidumbre. Quizás nos sentimos confundidos y no sabemos qué hacer ahora. Nos preguntamos si nos debemos quedar o si es mejor irnos. No estamos seguros si todo va a salir bien.
Recuerdo el día en que uno de mis jefes favoritos compartió conmigo la noticia de que se iba a mudar a otro estado de los Estados Unidos. Esto ocurrió justo antes de la fecha cuando yo iba a tener a mi segunda bebé.
Yo sabía que esto no iba a ser muy fácil para mi. Regresar a trabajar luego de una licencia de maternidad no es ningún problema cuando tu jefe/amigo entiende que estás con las hormonas “post-parto”. Pero un jefe nuevo que no te conoce quizás no comprenderá la situación de la misma manera.
Imagínate lo difícil que es dejar a tu bebé recién nacido de quizás 6 a 8 semanas para regresar a trabajar, sabiendo que, en lugar de tener un jefe que ya me conoce y que le puedo enviar un “text” y hablamos luego si pasa cualquier cosa … a tener un jefe nuevo que, antes de yo regresar de la licencia, había contratado empleados nuevos y había cambiado mi horario a uno que no era nada funcional para una madre nueva. ¡Qué difícil!
Yo me sentía perdida, falta de esperanza, preguntándome como todo esto se iba a arreglar. Y ¿sabes qué? Oré y hablé con Dios como nunca antes. Le pedía prácticamente cada día en el trabajo que Él abriera una puerta nueva o qué nos ayudara con esta situación.
Recuerdo específicamente que oraba mucho las palabras de un versículo que se encuentra en el libro de Génesis.
“Ahora bien, el Señor estaba con José y las cosas le salían muy bien.” Génesis 39:2 (NVI)
Mi oración era eso — yo le pedía al Señor que estuviera conmigo como estaba con José — por que las cosas le salían muy bien, y yo quería que las cosas me salieran bien a mi también! J
Cuando pasan cosas difíciles como cambios en el trabajo, pérdidas de amigos, mudanzas, etc … podemos quedarnos en un lugar difícil, sintiéndonos perdidos o incompletos. A veces nos queremos quedar ahí por la depresión que nos paraliza.
¡Pero esa no es la única opción!
Le podemos pedir al Señor que esté con nostros y qué nos de éxito en cualquier situación. Es increíble que podemos hablar con Dios cuando tenemos preguntas y problemas y Él nos escucha y nos ayuda.
Lo que si es bueno recordar, es que cuando queramos escuchar la voz de Dios, debemos estar preparados para actuar de acuerdo con lo que El nos dice. Cuando Él nos dirige, lo mejor es seguirlo a Él en nuestra jornada hacia una vida integral.
Luego de reresar de mi licencia de maternidad, recuerdo que leí un verso Bíblico que se convirtió en mi oración diaria. La escribí en una tarjeta de índice que fijé sobre mi escritorio para poderla ver todos los días.
Ese era mi recordatorio de que Dios era mi escudo. El protegía a mis hijos mientras yo estaba trabajando, sin importar las circunstancias. Más que los jefes, Dios era quien concedería honor y gloria (y decidiría qué iba a suceder con la posición laboral, los horarios y demás.)
“El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha.” Salmo 84:11 (NVI).
Llevaba varias semanas orando cuando el jefe me informó que el horario de mis sueños se había hecho realidad.
¿En serio? Casi no lo podía creer (¡aunque esa era la contestación a mi petición de oración de hacía semanas!)
Pero era cierto: Dios había contestado las peticiones de mi corazón. Y el horario nuevo de trabajo era mejor de lo que yo hubiera podido pedir o imaginar.
Aún cuando tu vida parezca rota o difícil, aún imposible de arreglar, habla con Dios. Él es más que capaz de arreglar, restaurar y lograr que de una vida rota, experimentemos una vida integral.
Derechos Reservados © 2016 Coppelia Marie Acevedo